Jesús Esperanza de Gloria

Jesús Esperanza de Gloria

jueves, 16 de octubre de 2014

La venganza.


Han oído la ley que dice que el castigo debe ser acorde a la gravedad del daño: “Ojo por ojo, y diente por diente” Pero yo digo: no resistas a la persona mala. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele también la otra mejilla.  Si te demandan ante el tribunal y te quitan la camisa, dales también tu abrigo.  Si un soldado te exige que lleves su equipo por un kilómetro, llévalo dos. Dale a los que te pidan y no des la espalda a quienes te pidan prestado. (NTV)Mateo 5:38-42

El Señor Jesús comienza su enseñanza acerca de la venganza citando la ley del talión. En la antigüedad, era común la venganza a muerte, si un hombre de una tribu agredía a otro hombre de otra tribu, la tribu del ofendido se vengaba a muerte, no teniendo piedad ni clemencia por nadie, todas las mujeres, los niños, los hombres y ancianos pertenecientes de esa tribu morían, no dejaban a nadie con vida.

La ley del talión aparece en el Código de Hammurabi, creado en el año 1760 a. C. aproximadamente,  por el rey de Babilonia Hammurabi, es uno de los conjuntos de leyes más antiguos que se conocen hasta el momento, el cual se inspiró sobre la frase o expresión «ojo por ojo, diente por diente»  pero también  contiene leyes alejadas de este concepto.

Este código de leyes fue el primer intento por establecer un límite a la venganza, estableciendo que la persona que causa daño reciba un castigo proporcional al daño cometido. Solo el juez de un tribunal legal podía juzgar al agresor, basado en estas leyes. Limitando así, el que una persona quisiera tomarse la venganza por sus propias manos. Casi nunca se llevó literalmente acabo lo de “ojo por ojo, y diente por diente” entre las culturas semi-civilizadas. En la mayoría de los casos el agresor debía resarcir con plata a la víctima.

A simple vista estas leyes parecen sanguinarias… pero realmente sabiendo lo que se acostumbraba, pasan a ser misericordiosas.

 Este código, llego a formar parte de la ley Mosaica en el Antiguo Testamento (Éxodo 21:23-25, Levítico 24:18-20 y en Deuteronomio) pero vale aclarar que la ética del Antiguo Testamento no solo se basa en la ley del Talión. También encontramos  muchas leyes como: No digas: "Haré con él como el hizo conmigo"» (Proverbios 24:29) «No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo» (Levítico 19:18).

En el Nuevo Testamento, el señor Jesús anula esta ley y establece la renuncia a la venganza y al resentimiento.

Debemos entender lo que el Señor nos quiere enseñar, con estos ejemplos que nos da en estos versículos. Es poco probable que una persona reciba una cachetas física, pero existen muchas formas de a abofetear a una persona. Los insultos y los desprecios son formas comunes de hacerlo. En su época nuestro señor Jesús, recibió muchos  y variados insultos, le decían que era borracho y glotón, amigo de publicanos y prostitutas, príncipe de los demonios... Nunca se mostró resentido ni ofendido por todas las cosas que le decían. Él nos dice que no debemos sentirnos ofendidos y mucho menos resentidos, cuando recibimos insultos o algún tipo de desprecio. La mayoría de las personas se ofenden fácilmente,  porque no las saludan, o porque no las felicitaron el día de su cumpleaños, o no las tuvieron en cuenta para algo, o porque no tuvieron el reconocimiento que esperaban, y la lista continúa. Los cristianos que actúan de esta manera  no ha comprendido la enseñanza del Señor “si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele también la otra mejilla.”

También nos enseña a no insistir en defender nuestros derechos, cuando nos dice que “Si te demandan ante el tribunal y te quitan la camisa, dales también tu abrigo.” Los judíos tenían una túnica interior y una exterior que era una capa. De la túnica interior tenían por lo general más de una, pero de la externa solo una, que les servía de cobija en la noche. La ley decía: “Si tomas el abrigo de tu prójimo como garantía por un préstamo, se lo devolverás antes de la puesta del sol.  Puede ser que este abrigo sea la única manta que tiene para abrigarse ¿Cómo podrá dormir sin abrigo? Si no se lo devuelves y tu prójimo clama a mí por ayuda, yo lo oiré, porque soy misericordioso.” (NTV) Éxodo 22:26-27.  Lo que nos quiere enseñar es que no debemos despojar a una persona que nos debe de sus cosas, apelando a nuestros derechos, el cristiano verdadero no se aferra a sus derechos, el que se aferra a sus derechos y los defiende a capa y espada dentro y fuera de la iglesia,  no conoce el verdadero significado del cristianismo, no oponer resistencia. “Pero yo digo: no resistas a la persona mala.” El cristiano verdadero centra su atención en sus deberes y responsabilidades y no en pleitos.

Igualmente nos dice: Si un soldado te exige que lleves su equipo por un kilómetro, llévalo dos. En Roma era común que un soldado tocara en el hombro a un ciudadano con la espada, y esto quería decir que tenía que hacer lo que se le ordenara; quedaba a disposición del soldado. Simón de Cirene tuvo que cargar la cruz del Señor Jesús porque un soldado así se lo indico, cuando lo toco con la espada en su hombro. La enseñanza es hacer las cosas con agrado todo el tiempo y más cuando nos imponen tareas extra. Todas las personas tenemos el tiempo limitado, muchas cosas que hacer pero poco tiempo, cuando nos toca hacer una tarea extra por lo general nos molestamos y la hacemos de mala gana. El Señor nos dice que debemos estar dispuestos a servir a los demás, haciendo las cosas bien y no a medias,  y de buena manera, amablemente. El que hace las cosas porque le toco y de mala manera, no tiene ni idea de lo que es la vida cristiana. El cristiano debe entender que servir a los demás es un privilegio.

Por ultimo nos enseña que debemos prestar al que nos pide prestado, pero no por obligación sino de buena voluntad. Deuteronomio 15:7- 11: Cuando haya algún pobre entre tus hermanos en alguna de las ciudades de la tierra que el Señor tu Dios te da, no le endurezcas tu corazón ni le cierres la mano a tu hermano pobre, sino ábresela liberalmente y préstale lo que realmente necesite. Guárdate de albergar en tu corazón este pensamiento perverso: «Está próximo el séptimo año, que es el de la remisión, » para mirar con malos ojos a tu hermano pobre y no darle nada; pues él podría clamar contra ti al Señor, y se te imputaría como un pecado. Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des, porque por ello te bendecirá el Señor tu Dios en todas tus obras y en todo lo que emprendas. Pues nunca faltarán pobres en medio de la tierra; por eso te mando: ¡Ábrele tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso de tu tierra!

Cada siete años se perdonaban las deudas, por esto era que muchos no querían ayudar a su prójimo, porque sabían que si llegaba el séptimo año y no le habían cancelado lo que él había prestado, tenía que perdonar la deuda.

 El dar tenía sus principios, establecidos por los rabinos.

No se podía negar la caridad al necesitado.

No se debía prestar lo mínimo posible, sino lo que necesitara esa persona para devolverle el nivel de vida y comodidad al que pertenecía. Si un hombre rico quedaba en quiebra y pedía prestado, le tenían que prestar lo suficiente para devolverle la comodidad a la que estaba acostumbrado.

El dar, se debía hacer en secreto, privadamente. El que prestaba no debía contar a nadie que había hecho un préstamo a alguien.  También había en el templo, un lugar donde las personas adineradas iban secretamente y hacían ofrendas  generosas. Este tipo de ofrenda también era entregada secretamente, a los miembros de familias nobles que habían quedado en la pobreza, para devolverles su estatus. La persona que recibía este tipo de ofrenda no sabía de dónde provenía, y tampoco el que había hecho la ofrenda sabia a quien se la había entregado.

El dar era un privilegio, porque en realidad era a Dios a quien se le daba. proverbios 19:17 dice  Si ayudas al pobre, le prestas al Señor  ¡y él te lo pagará!


Bibliografia

W.Barclay. COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO
Volumen 1 - Mateo I

Fuente
http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%B3digo_de_Hammurabi

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