Jesús Esperanza de Gloria

Jesús Esperanza de Gloria

jueves, 4 de abril de 2013

Dime con quién andas y te diré quien eres.

“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo; Habitaré y andaré entre ellos y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor. Y no toquéis lo inmundo; y Yo os recibiré.” (2 Corintios 6:15-17)

¿Que clase de compañía estamos teniendo? Hay que estar alerta a las amistades, ya que Dios en su sabiduría nos alerta acerca de ciertas compañías que pudieran dañarnos. Cuando un creyente comienza a trabar amistad con una persona que vive alejada de los caminos del Señor, tarde o temprano se verá influenciada por la personalidad de aquel individuo,  tarde o temprano va a aprender sus obras y comenzará a morir en su vida espiritual. Las amistades mundanas que se tienen nos quieren hacer ver que la vida cristiana es un cúmulo de leyes y de mandamientos aburridos, obsoletos y autoritarios, esas amistades ya están influyendo para mal en nuestra vida. 

De las personas incrédulas con las que se trata  o se convive ¿quién ha estado teniendo mayor influencia? ¿Se han antojado por la vida espiritual? ¿Te han dicho cuando las invita a la iglesia? ¿Te han dicho que quieren y les urge conocer de Dios? ¿O ni siquiera saben que eres cristiano? ¿A cuantas reuniones espirituales has llevado a los incrédulos? Ahora ¿A cuántas reuniones “sociales” y fiestas no has asistido con los incrédulos? ¿Cuántas conversaciones mundanas se han tenido? "Háblame de lo que quieras menos de Dios, te dicen".  

¿Qué a pesado más en esas “amistades”? ¿Mi creencia, mis principios cristianos, o las costumbres mundanas?


“No se dejen engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.” 1 Corintios 15:33 NVI.


El incrédulo, a toda costa va a tratar de convencerte para que te aficiones por sus gustos, sus actividades, sus pasatiempos, su lejanía a las cosas de Dios, ellos lo que quieren es diversión tras diversión, una vida ajena a Dios. Sus conversaciones, su forma de vida poco a poco comenzarán a corromper las buenas costumbres que tu tengas. 

¿Qué hacer con las personas o la familia que nos visita y tienen costumbres diferentes a las nuestras? Con respeto se les dice, en está casa no acostumbramos las malas palabras, no acostumbramos a fumar, ni a beber, les pido por favor que se abstengan de ellas, mientras estén aquí. Si se enojan y se van, pues ni modo, como dice el dicho: “más vale solo que mal acompañado”.

Y si usted visita a personas mundanas, no se queje, ¿Para qué va? Cuando sus hijos hablen o tengan las mismas inclinaciones que ellos, no se sorprenda. 

Ahora de ninguna manera estoy hablando de sentirnos superiores a las personas que no tienen el conocimiento de Dios, no me refiero a ello, a lo que me refiero, es que si sabemos de personas que no les interesa en lo mas mínimo un cambio de vida, no tenemos nada que hacer  junto a ellas, "si, se les saluda, si, se les respeta" Pero cero convivencia, cero de intimar con ellos.


El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios, será quebrantado. Proverbios 13:20. Si esa persona incrédula, mal hablada o con vicios, se junta o convive contigo   puede llegar a ser sabia, siempre y cuando vea testimonio en ti. "  Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos" Jeremías 15:19.

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. Salmo 1:1-3








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