Cuando
una persona entiende la obra redentora de Jesús en la cruz es “salva”, en ese momento nace de nuevo, nace
espiritualmente. Ahora es hijo de Dios por el hecho de este nuevo
nacimiento y Dios lo hace templo de su Espíritu Santo. Pero esto
no quiere decir que usted va a sentir corriente por todo el cuerpo, ni un
calorcito que lo invade, ni tampoco se va a caer, ni va a comenzar a
hablar lenguas de ningún tipo como aseguran algunos, que hablar en
lenguas es la evidencia del nuevo nacimiento, esto no es cierto.
Dios
los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en
eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un
premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros
puede jactarse de ser salvo. Pues somos la obra
maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las
cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás. (NTV) Efesio 2:8-10
Confiar en Jesucristo, en Aquel quien pagó la penalidad del
pecado al morir en la cruz, es lo que significa “nacer de nuevo”
espiritualmente. “De modo que si alguno está (cree) en Cristo, nueva criatura
es...” (2 Corintios 5:17).
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