Jesús Esperanza de Gloria

Jesús Esperanza de Gloria

miércoles, 24 de abril de 2013

¿Como buscar alimento espiritual?


Sabemos que "toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto (apto, capaz), enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16, 17)


Algunas personas muchas veces leen Las Escrituras (Biblia) con un sentido de deber y no lo disfrutan, se les convierte en una rutina aburrida. Deberían poder compartir siempre el mismo sentimiento del Salmista y decir: "¡Cuan dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca" (Salmo 119:103).

Para que esto se haga una constante en nuestras vidas leamos la Biblia buscando alimento espiritual ¿Cómo hacerlo? Leer con propósito, acercándonos a la porción escogida en busca de información específica. Para obtener alimento espiritual deben leerla con regularidad. Escojan una hora al día que les quede cómoda, donde sepan que no tendrán ningún tipo de distracción, y se puedan entregar a la lectura. El lugar debe ser el sitio más tranquilo del que puedan disponer. Lo importante es que se establezca el hábito de tomar tiempo cada día para leer la Biblia y orar.

Diez preguntas que debemos hacernos cada vez que leemos un pasaje bíblico:
1. ¿Cuál es el tema general de este pasaje?
2. ¿Cuál es la lección principal que el pasaje enseña?
3. ¿Cuál es, para mí, el versículo más inspirador en este pasaje?
4. ¿Qué enseña este pasaje acerca de Dios?
5. ¿Encuentro en el pasaje algún ejemplo que debo seguir?
6. ¿Señala el pasaje algún pecado que yo debo confesar?
7. ¿Hallo en este pasaje algún error que debo evitar?
8. ¿Presenta el pasaje algún deber que necesito cumplir?
9. ¿Contiene el pasaje alguna promesa que debo pedir?
10. ¿Consigna el pasaje alguna oración que debo hacer mía?

Al leer de esta manera nos obliga a descubrir en la Biblia un mensaje personal.

Personalicé su biblia, marque con colores los pasajes que son más significativos para usted. Es una reverencia mal entendida la que no le permite hacer anotaciones en los márgenes de las páginas de su Biblia o subrayar pasajes que para usted son de importancia especial.

En mi caso personal, uso varios colores a los que les di un significado, por ejemplo:

Amarillo: son las advertencias que me hace Dios, de las cosas que no debo hacer.

Azul celeste: Son los mandatos y leyes de Dios.

Azul oscuro: resalta las cualidades de la personalidad de Dios.

Verde claro: son las peticiones que le hago a Dios en oración, de las cosas que quiero para mi vida. Ejemplo: estoy leyendo este versículo “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.”salmo139: 23-24. Entonces le digo en oración a Dios "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno."

Rosado: resalto los pasajes que me llegan al alma.

Morado: marco los distintos nombres de Dios.

Verde oscuro: las promesas de Dios.

Naranja: las cosas que detesta Dios, y la ira santa de Dios.

Rojo: el amor de Dios

Negro: el pecado y sus consecuencias.

Memoricé y medite lo que lee, la meditación es la “digestión espiritual” aproveche los paréntesis que se abren en su rutina diaria para repasar detenidamente los pasajes bíblicos que ha aprendido de memoria. Tales paréntesis son los momentos que pasamos en los transportes urbanos, el tiempo que gastamos haciendo cola para pagar una cuenta, o aun los instantes que nos hace demorar el cambio de luces de un semáforo. Demos gracias a Dios por estos paréntesis (1 Tes. 5:18; Ef. 5:20) y gocémonos en el refrigerio espiritual que nos pueden proporcionar —si es que los aprovechamos de la manera indicada.

Lean la biblia en orden, de Génesis a Apocalipsis. Dios es un Dios de orden y Las Sagradas Escrituras tienen un orden cronológico en la lineadel tiempo.Cualquier persona que quiera pensar con lógica acerca de la vida debe comenzar siempre con Dios y ahí es precisamente donde empieza la Biblia. "En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

Si lee 3 capítulos diarios, en un año habrá leído toda la Biblia.

sábado, 20 de abril de 2013

Urgente... pero bien explicado


Por Nuevos Horizontes


¿Cuán crucial piensas que sea para gente que nunca ha escuchado de Jesucristo, poder tener las promesas y profecías sobre Cristo del Antiguo Testamento explicadas a fondo?



Lucas 24: 13-31
Cleofas y su compañero de viaje se encontraban desanimados y decepcionados mientras andaban por el polvoriento camino que de Jerusalén conducía a Emaús ese día de resurrección. Como muchos israelitas, tenían puestas sus esperanzas en que ese hombre llamado Jesús fuera el Mesías quien rescataría a Israel de la esclavitud que Roma les imponía. Pero ya no se atrevían a considerarlo así, pues había sido crucificado tres días atrás. Ahora sólo podían reconocerle como un gran profeta, ungido por Dios. Sí, tenían muchas esperanzas puestas en Jesús, y esas esperanzas habían sido sepultadas con Él. Aunque algunos de los discípulos visitaron la tumba y la encontraron vacía, y aunque afirmaban que los ángeles les anunciaron que estaba vivo, sus ánimos seguían por el suelo.


Mientras continuaban por el camino hablando de lo acontecido, otro hombre se les unió. Éste comenzó a hacerles preguntas acerca de la razón que les tenía tan descorazonados, por su mismo abatimiento no pudieron reconocer que ese forastero era el Señor, sin embargo, le dieron la noticia de los "titulares" en Jerusalén: el arresto, juicio y crucifixión de ese hombre llamado Jesús de Nazaret. 

Llama la atención que los desalentados discípulos concluyeron su versión de los hechos diciendo, "pero a él no le vieron" (Lucas 24:24). El punto es, los discípulos se hubieran sentido mucho mejor si alguno en quien confiaban hubiera visto a Jesús vivo y ¡más aún si le hubiera tocado! ¿Por qué Jesús no pondría un final a todo este desconcierto y confusión simplemente exclamando: "¡No estén tristes! ¡Soy yo, Jesús! ¡Estoy vivo!" y, en lugar de darles esa corta respuesta, el Señor comienza con los escritos de Moisés y los profetas y continúa enseñándoles a través de todo lo que conocemos ahora como Antiguo Testamento? Lucas 24: 27 dice que "les explicó" (NVI), lo que implica que explicó profundamente lo que la Palabra inspirada de Dios tenía que decir acerca de Él mismo.

¿No sabemos en cuál punto del camino Jesús se les unió a estos discípulos, si fue al principio, probablemente les tomó de dos a tres horas cubrir los 11 kilómetros desde Jerusalén hasta Emaús. De todas maneras, podemos imaginarnos que Jesús tuvo suficiente tiempo para comenzar con la historia de la creación, especialmente Génesis 3:15, relatando la herida en su talón, es decir, Su sufrimiento y muerte. Quizás explicó cómo el arca de Noé, el ofrecimiento de Isaac, la serpiente que Moisés levantó en el desierto y los innumerables sacrificios de sangre tenían que ver con Su supremo sacrificio y derramamiento de sangre en la cruz del Calvario. Sin duda les llevó a través de todas las profecías de David, Isaías, Daniel, entre otros, que se refieren a Su nacimiento y encarnación, a Sus enseñanzas, milagros, sufrimientos y por último a Su gloriosa y victoriosa resurrección. 

A pesar de lo ansioso que pudo haber estado Jesús por revelarse a Sí mismo a sus discípulos y así alegrar sus corazones, sabía que esa acción sería prematura. Sabía que ellos no tenían un adecuado entendimiento de quién era y de por qué vino a la tierra. Así que, primero se tomó el tiempo necesario para colocar un fundamento escritural a la fe de sus discípulos.

¿Qué hubiera sucedido si Jesús se hubiera revelado a sí mismo, sin primero colocar los sólidos fundamentos de las promesas y profecías del Antiguo Testamento? Los discípulos le hubieran considerado un rey que inmediatamente asumiría el poder mundial y no a Dios mismo hecho hombre viniendo a sufrir y morir por sus pecados. ¿Continuarían aferrándose a sus erradas expectativas, perdiendo el sentido de lo que significaba venir a sufrir y morir para poder resucitar? Jesucristo estaba edificando su iglesia para que fuera Su fiel testigo al mundo por los siglos venideros. La Iglesia de Cristo está llamada a perdurar. 

Una estructura que ha de perdurar no puede descansar sobre un fundamento defectuoso. La fe debe ser el ancla que descansa únicamente sobre la Palabra de Dios. El tiempo que dediquemos a aclarar los fundamentos es vital para alcanzar con éxito a los todavía no alcanzados y que estos puedan permanecer firmes.

http://nuevoshorizontesweb.org/revista/edicion30/Urgente.pdf

¿Creó Dios el mal?


De principio parecería que si Dios creó todas las cosas, entonces el mal debe haber sido creado por Dios. Sin embargo, aquí tenemos una suposición que necesita ser aclarada. El mal no es una “cosa” como una roca o la electricidad. ¡No puedes tener una jarra de mal! Mas bien, el mal es algo que ocurre, como el correr. El mal no existe por sí mismo – realmente es la carencia en una cosa buena. Por ejemplo, los hoyos son reales, pero ellos solo existen en algo más. Llamamos a un hoyo la falta de tierra, pero no puede ser separado de la tierra. Cuando Dios hizo la creación, es verdad que todo lo que existía era bueno. Una de las cosas buenas que Dios hizo fueron criaturas con la libertad de elegir el bien. Para hacer una elección real, Dios tuvo que permitir algo más que el bien para elegir. Así que Dios permitió a estos seres libres, tanto ángeles como humanos, elegir entre el bien y la ausencia de éste (el mal). Cuando existe una mala relación entre dos cosas buenas, le llamamos “el mal”, pero eso no lo convierte en una “cosa” que haya requerido la creación de Dios.


Tal vez la siguiente ilustración nos ayude. Si le preguntara a una persona común “¿existe el frío?” – su respuesta sería que sí. Sin embargo, esto es incorrecto. El frío no existe. El frío es la ausencia de calor. Similarmente, la oscuridad no existe, ésta es la consecuencia de la falta de luz. Igualmente, el mal es la ausencia del bien, o mejor dicho, el mal es la ausencia de Dios. Dios no creó el mal, sino que más bien solo permitió la ausencia del bien.

Miremos el ejemplo de Job en los capítulos 1 y 2 del libro de Job. Satanás quería destruir a Job, y Dios le permitió a Satanás hacer lo que quisiera, excepto matar a Job. Dios permitió que esto sucediera para probarle a Satanás que Job era justo, porque amaba a Dios, y no porque Dios lo haya bendecido en gran manera. Dios es soberano y tiene control absoluto de cualquier cosa que sucede. Satanás no puede hacer nada, sin el “permiso” de Dios. Dios no creó el mal, pero Él lo permite. Si Dios no permitiera la posibilidad del mal, tanto ángeles como humanos servirían a Dios por obligación y no por decisión. Dios no quiso crear “robots” que simplemente hicieran lo que Él quería que hicieran mediante su “programación”. Dios permitió la posibilidad del mal, para que podamos tener genuinamente la libertad de elegir si queremos servirle o no.

Concluyentemente, no hay una respuesta a estas preguntas que podamos comprender plenamente. Nosotros como seres humanos finitos, jamás podremos entender a un Dios infinito (Romanos 11:33-34). Algunas veces pensamos que entendemos el por qué Dios está haciendo algo, solo para descubrir más tarde que era por diferentes propósitos de los que originalmente pensamos. Dios ve las cosas desde una perspectiva eterna. Nosotros miramos las cosas desde una perspectiva terrenal. ¿Por qué puso Dios al hombre en la tierra, sabiendo que Adán y Eva pecarían y traerían con ello el mal, la muerte y el sufrimiento para toda la raza humana? ¿Por qué Él no solamente nos creó y nos dejó en el Cielo donde seríamos perfectos y no tendríamos sufrimientos? La mejor respuesta que se me ocurre es que Dios no quería una raza de robots sin libre albedrío. Dios tuvo que permitir la posibilidad del mal para nosotros, para hacer una verdadera decisión de adorar o no a Dios. Si nunca hubiéramos sufrido y experimentado el mal, ¿realmente apreciaríamos cuán maravilloso es el Cielo? Dios no creó el mal, pero Él lo permite. Si no lo hubiera permitido, estaríamos adorando a Dios por obligación y no por la libre elección de nuestra voluntad.

Escrito por Gotquestion
Leer más:http://www.gotquestions.org/Espanol/creo-Dios-mal.html#ixzz2R0HwLdXa


miércoles, 17 de abril de 2013

¿Duermes?

por J.C. Ryle

"Despierta, tú que duermes." Efesios 5:14 

Deje ante ti una simple pregunta. Mira a través de este escrito y pronto veras porque pregunto "¿Duerme tu alma?" Muchos llevan el nombre de cristianos, pero no el carácter que deberían llevar con este nombre. Dios no es el rey de sus corazones. Solo piensan en lo terrenal. Estas personas suelen ser rápidas e inteligentes acerca de los asuntos terrenales de esta vida. Muchos de ellos, son buenos negociantes, buenos en su trabajo diario, buenos maestros, buenos servidores, buenos vecinos, todo esto esta totalmente permitido. Pero es la parte eterna a lo que me refiero, al alma, esta nunca muere. Y por eso, si un hombre juzga imprudentemente, irreflexivamente y despreocupadamente que hacer con ella, está dormido.

No digo que Dios y la salvación sean temas que nunca crucen por sus mentes. Lo que digo es que estos pensamientos no predominan en ellos.Tampoco estoy diciendo que todas las personas sean iguales. Algunos de ellos sin duda van mas allá en el pecado que otros. Cada uno de ellos sigue a Dios a su manera, pero no a la manera de Dios. Sé que no hay ninguna norma para medir al hombre excepto la Biblia. Ahora, cuando hecho un vistazo a la Biblia llego a la conclusión de que estas personas están dormidas con lo que respecta a su alma.

Estas personas no ven la maldad del pecado, y de su propia condición perdida por su naturaleza. Parece que se burlan de quebrantar los mandamientos de Dios, y les importa poco si viven de acuerdo con su ley o no. Sin embargo, Dios dice que el pecado es la transgresión de la ley, que Su mandamiento es superior, que todo designio del corazón natural es malo,que el pecado es la cosa que Él no puede soportar, Él lo odia, que el pago de los pecado es la muerte, y el alma que pecare morirá. ¡Seguramente están adormecidos!

¿Es este el estado de tu alma? Recuerda mi pregunta ¿Duermes?

Estas personas no ven su necesidad de un Salvador. Ellos piensan que es un asunto fácil el llegar al cielo, y dan por sentado, que Dios, sera misericordioso con ellos, de un modo u otro. Sin embargo, Dios dice que Él es justo y santo, y nunca cambia, que Cristo es el único camino, y nadie puede venir al Padre sino por Él, que sin su sangre no puede haber perdón de los pecados, que un hombre sin Cristo es un hombre sin esperanza, que aquellos que serán salvos deben creer en Jesús y venir a Él, y que el que no crea, será condenado. ¡Seguramente están dormidos!

Una vez más pregunto, ¿Este es el estado de tu alma? Recuerda mi pregunta ¿Duermes?

Estas Personas no ven la necesidad de la santidad. Parece que solo pensaran en vivir y seguir al común de la gente. Y en cuanto a la oración y lectura de la Biblia; haciendo conciencia de sus palabras y acciones, el estudio de la veracidad y la mansedumbre, la humildad y la caridad, y mantenerse separados del mundo, son cosas que carecen de absoluto valor para ellos. Sin embargo, Dios dice que sin santidad nadie verá al Señor, que no entrará en el cielo nada que corrompa, que su pueblo debe ser un pueblo propio, celoso de buenas obras. ¡Seguramente están dormidos!

Una vez más pregunto, ¿Este es el estado de tu alma? Recuerda mi pregunta ¿Duermes?

Lo peor de todo es que estas personas no sienten el peligro en el que se encuentran. Caminan con los ojos cerrados, y parecen no saber que el final de su camino es el infierno. Algunos soñadores imaginan que son ricos cuando son pobres, o se sienten satisfechos cuando tienen hambre, o se sienten bien cuando están enfermos, y despiertan para encontrar que todo es un error. Y esta es la forma en que sueñan acerca de sus almas.Tienen la ilusión de que van a tener paz, y no habrá paz, se imaginan que están bien, y en verdad se darán cuenta que todo anda mal. ¡Seguramente están dormidos!

Una vez más pregunto, ¿Este es el estado de tu alma? Recuerda mi pregunta ¿Duermes?

Si tu Conciencia te pica, y te dice que todavía estás dormido, ¿Qué te puedo decir? Despierta, tu alma está en un riesgo horrible. Sin un gran cambio la perderás. Te estás muriendo, y no estás listo para partir, vas a ser juzgado, y no estás preparado para encontrarte con Dios, tus pecados no han sido perdonados, no has sido justificado, tu corazón no ha sido renovado. En el cielo no habría felicidad para ti, porque el Señor de los cielos no es tu amigo; lo que le agrada a Él no te gusta. Su palabra no es tu consejera, Su tiempo no es tu deleite, Su ley no es tu guía. Te preocupa poco escuchar de Él; Tu no sabes como hablar con Él. Estar siempre en Su compañía sería algo que no podrías soportar, y la sociedad de los santos y ángeles seria un cansancio, y no una alegría para ti. Por tu estilo de vida... La Biblia pudo no haber sido escrita, y Cristo pudo no haber muerto, los apóstoles eran necios, los cristianos del Nuevo Testamento eran locos , y la salvación del Evangelio una cosa innecesaria. ¡Oh, despierta! Deja de dormir.

No pienses decir que no puedes creer que tu caso este tan mal, o el peligro no es tan grande, o que Dios no es tan particular. Te respondo, el diablo ha estado colocando esta ilusión en los corazones de la gente durante casi seis mil años. Ha sido su gran trampa desde el día en que le dijo a Eva: "Vosotros no moriréis." No seas tan débil como para dejarte engañar por él. Dios nunca ha fallado en castigar el pecado, y Él nunca deja de hacer Su buena palabra. Encontrarás un día el alto costo de todo esto, salvo que te arrepientas. Lector despierta ¡Despierta!

No pienses en decir que eres un miembro de la iglesia, y no tienes dudas de que eres tan buen cristiano como los demás. Te digo, esto sólo hará que tu caso empeore, si no tienes nada más que argumentar. Es posible que estés inscrito y que seas reconocido entre el número de santos de tu iglesia, puedes sentarte durante años bajo el sonido del Evangelio, puede que utilices las normas sagradas y hasta llegues a comer de la mesa del Señor, y aún así, con todo esto, a menos que el pecado te sea odioso, y Cristo precioso, y tu corazón un templo del Espíritu Santo, resultará que al final no eres mejor que un alma perdida. Un llamamiento santo nunca salva a un impío. Lector, despierta ¡Despierta!

No pienses decir que has sido bautizado, y así estar seguro de que has nacido de Dios, y que Su gracia esta en ti. Te digo, no tienes ninguno de los signos de que San Juan me ha contado, en su primera epístola, que distinguen a una persona así. No veo que confieses que Jesús es el Cristo, venciendo al mundo, que no cometes pecado, que eres amante de tu hermano, haciéndote justicia a ti mismo manteniendote alejado del maligno. Entonces ¿Cómo puedo creer que has nacido de Dios? Si Dios fuera tu Padre, te encantaría Cristo, si fueras hijo de Dios, deberías ser guiados por Su Espíritu. Quiero mayor solidez. Muéstrame un poco de arrepentimiento y fe; muéstrame una vida escondida con Cristo en Dios, muéstrame una conversación espiritual y santificada: estos son los frutos que quiero ver, si he de creer en ti, tienes que tener la raíz en cuestión en ti, y ser una rama viva de la vid verdadera. Pero sin estas señales, tu bautismo sólo se sumará a tu condena. Lector, despierta: ¡Despierta!

Hablo con fuerza, porque lo siento profundamente. El tiempo es demasiado corto, la vida es demasiado incierta. A riesgo de ofender, hablo con mucha franqueza. No puedo soportar la idea de escuchar que has sido condenado en el gran día del juicio final, de ver tu rostro en la multitud de los que estarán en la mano izquierda de Dios, indefensos y sin esperanza, y más allá del alcance de la misericordia. No puedo soportar esos pensamientos, me afligen el corazón. El día de la gracia es pasado, y comienza el día de la venganza, te pido que abras los ojos y te arrepientas. Oh, considera tus caminos, y sé sabio.Despierta, despierta! ¿Por qué has de morir?

Este día, como embajador de Cristo, les ruego que se reconcilien con Dios. El Señor Jesús, que vino al mundo para salvar a los pecadores, Jesús, el Mediador designado entre Dios y el hombre, Jesús, que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, Jesús les envía un mensaje de paz: Él dice: "Venid a Mí. " "venid es una palabra preciosa  y por cierto, debería llamarte. Has pecado contra el cielo. El Cielo no ha pecado contra ti. Con todo esto mira como el primer paso hacia la paz es dado en el lado del cielo, es el mensaje del Señor..." Venid a mí . "

"Ven" es una palabra de invitación misericordiosa. ¿Acaso el Señor Jesús no parece decir? "Pecador, yo estoy esperando por ti. No quiero que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento, yo no me complazco en la muerte del que muere. Me gustaría que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Juicio es mi obra pero mi deleite esta en la misericordia. Ofrezco el agua de la vida a todo el que la quiera tomar. Yo estoy a la puerta de tu corazón y llamo. Durante mucho tiempo he extendido mis manos hacia ti. Espero que estés atento. Todavía hay lugar en la casa de mi Padre. Mi larga y sufrida espera es porque los hijos de los hombres vengan al propiciatorio antes de que la última trompeta suene, para que más peregrinos entren antes de que la puerta se cierre para siempre. "Oh, pecador, ven a mí! " 

"Ven " Es una palabra de promesa y aliento ¿Acaso el Señor Jesús no parece decir? Pecador, tengo regalos listos para ti: tengo algo eterno para derramar sobre tu alma. He recibido dones para los hombres, incluso para los rebeldes. Tengo un perdón gratuito para los más impíos, una fuente completa para los más inmundos, un vestido blanco para el mas contaminado, un corazón nuevo para el más endurecido, sanidad para los quebrantados de corazón, descanso y alegría para la pesada cargada de los que llorar. ¡Oh, pecador, no es por nada que los invito! Todo está preparado. Ven, "venid a mí ".

Oye la voz del Hijo de Dios. Mira que no deseches al que habla. ¡Aléjate del pecado, que nunca te podrá dar placer real , será amargo hasta el final, sal del mundo que nunca va a satisfacerte, ven a Cristo! Ven, con todos tus pecados, por muchos y muy grande que sean, por muy lejos que allás estado en el pasado de Dios, por mas irritante que allá sido tu conducta. Ven tal y cual eres, no lo retrases mas. Ven de una vez. ¡Ven al Señor Jesucristo!

¿En verdad, cómo  vas a escapar si descuidas una salvación tan grande? ¿Donde aparecerás si desaprovechas el Espíritu de la gracia y haces de la luz de la sangre de Cristo insignificante? Es una cosa terrible caer en las manos del Dios vivo, pero nunca sera tan miedoso como cuando los hombres caigan bajo el juicio del Evangelio. Lo más triste camino al infierno, es la que se ejecuta bajo el púlpito, más allá de la Biblia, en medio de las advertencias e invitaciones. Oh, ten cuidado, no sea que al igual que Israel en Cades, que lloraron por su error cuando ya era demasiado tarde, o bien, como Judas Iscariote, que descubre  su pecado, cuando ya no había espacio para el arrepentimiento.

Levántate, y clamar al Señor. No seas como Esaú, no vendas las bendiciones eternas por las cosas de hoy. Seguramente en el pasado pudiste haber sido lo suficientemente descuidado, sin orar, sin Dios, sin Cristo, con tu mente terrenal y mundana. En el tiempo por venir puedes dar a tu alma hábitos nuevos. Ora, te lo suplico,  para que puedas tener la posibilidad de desplazar las viejas costumbres y los hábitos viejos, y que puedas llegar a ser un hombre nuevo.No Cedo ante nada, en mis deseos para tu felicidad, mi mejor deseo es que puedas ser hecho una nueva criatura en Cristo Jesús. Esto es algo mejor que la riqueza o la salud, o el honor, o el aprendizaje. Un hombre puede ir al cielo sin ellas, pero no se puede llegar sin la conversión. De cierto si tu mueres sin haber nacido de nuevo te seria mucho mejor no haber nacido en absoluto. Ningún hombre vive realmente hasta que  vive para Dios.

te dejo mi pregunta. El Señor nos conceda que esta palabra sea oportuna para tu alma. Mi oración y deseo de todo corazón es que seas salvo. Despierta  tú que duermes  y levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará. Levántate tú que duermes y busca de Dios. Todavía hay esperanza. No Abandones Su misericordia. No pierdas tu alma.



domingo, 14 de abril de 2013

Joven, cuídate del amor al placer.


por J.C. Ryle

La juventud es el tiempo en que nuestras pasiones son más fuertes y, como un niño ingobernable, clama por indulgencia a la mayor intensidad de la voz. La juventud es el tiempo en que por lo general disfrutamos de la mejor salud y la mayor fortaleza. La muerte parece estar muy distante, y el gozar y disfrutar en esta vida parece constituirlo todo. La juventud es el tiempo en que la mayoría de la gente tiene pocas preocupaciones o ansiedades terrenales que absorban su atención. Y todas estas cosas hacen que los jóvenes piensen más que todo en el placer. "Yo le sirvo a los apetitos carnales y al placer": Esa sería la respuesta real que muchos jóvenes darían si se les preguntara: "¿De quién eres tu siervo?" 

Joven, tiempo me faltaría si hubiera de enumerarte todos los frutos que este amor al placer produce, y todas las maneras en que te perjudicaría. ¿Por qué he de mencionar las parrandas, las fiestas, la bebida, las apuestas, la afición al teatro, el baile y cosas por el estilo? Pocos hay que no conozcan algunas de estas cosas por amarga experiencia. Y estos son sólo ejemplos. Todo lo que proporciona una sensación excitante por un tiempo, todo lo que ahoga el pensamiento, y mantiene la mente en un constante remolino, todo lo que complace los sentidos y gratifica la carne; estas son las clases de cosas que tienen un poder extraordinario en este tiempo de tu vida, y deben su poder al amor al placer. Estate en guardia. No seas como aquellos de quienes habla Pablo: "...amadores de los deleites más que de Dios" (2 Timoteo 3:4).  Recuerda lo que te digo: los placeres terrenales son los asesinos de las almas de aquellos que se apegan a ellos. No existe un camino más seguro para cauterizar la conciencia y un corazón duro e impertinente, que abrir paso a los deseos de la carne y de la mente. Al principio aparenta ser nada, pero a la larga se revela su efecto. Considera lo que dice Pedro: "...os ruego...que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma" (1 Pedro 2:11). Estos deseos destruyen la paz del alma, agotan su fuerza, la llevan a severa cautividad y la hacen una esclava.  Considera lo que Pablo dice: "Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros" (Colosenses 3:5). "Los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos" (Galatas 5:24). "Golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre" (1 Corintios 9:27). Una vez el cuerpo fue una mansión perfecta para el alma; ahora esta totalmente corrompida y desordenada, y necesita constante vigilancia. Es una carga para el alma, no un compañero; un estorbo, no una ayuda. Podría convertirse en un siervo útil, pero es siempre un mal amo. 

Considera una vez más las palabras de Pablo: "Vestíos...del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne" (Romanos 13:14). "Estas", dice Leighton, "son las palabras cuyo contenido caló tanto en Agustín, que de un licencioso joven se convirtió en un fiel siervo de Jesucristo." Joven, mi deseo es que este pueda ser el caso tuyo. 

Recuerda una vez más, en caso de que te apegues a los placeres terrenales, que todos estos son vacíos y vanos, y no satisfacen. Al igual que las langostas de la visión en el libro de Apocalipsis, parecen tener coronas en sus cabezas; pero esas mismas langostas, encontrarás que tienen aguijones --aguijones reales-- en sus colas. No todo lo que brilla es oro. No todo lo que sabe dulce es bueno. No todo lo que place por un tiempo es placer genuino. 

Vé y sáciate de placeres terrenales si así lo deseas, pero nunca hallará tu corazón satisfacción con ellos. Siempre habrá una voz en tu interior clamando como la sanguijuela en los Proverbios: "¡Dame! ¡dame!" (Proverbios 30:15). Hay allí un vacío que únicamente Dios puede llenar. Encontrarás, como lo hizo Salomón por experiencia, que los placeres terrenales no son si no una vana apariencia, "vanidad y aflicción de espíritu" (Eclesiastés 2:10,11), "sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia" (Mateo 23:27). Mejor sé sabio a tiempo. Mejor etiqueta como "veneno" a todos los placeres terrenales. Los más legítimos de ellos deben ser usados con moderación. Todos ellos son destructores de almas si les das tu corazón. "El placer," dice Adams, comentando acerca de Segunda de Pedro, "debe primero tener la garantía de que sea sin pecado, y entonces la medida, de que sea sin exceso." 

A estas alturas no voy a cohibirme de hacerte un llamado a que recuerdes el séptimo mandamiento; a que te guardes del adulterio y la fornicación, y de todo tipo de impureza. Me temo que con frecuencia no se habla claramente sobre esta parte de la ley de Dios. Pero cuando veo como los profetas y los apóstoles han tratado este tema, cuando observo la manera abierta en que los reformadores de nuestra propia iglesia lo denunciaron, cuando veo el número de jóvenes que anda en los pasos de Rubén, de Ofni, de Finees, de Amnon; yo por lo menos no puedo, con buena conciencia, estar en paz. Dudo de si el mundo es un tanto mejor por el excesivo silencio que prevalece alrededor de este mandamiento. Por mi parte, creo que sería una delicadeza falsa y antiescritural si al dirigirme a hombres jóvenes, no hablara de aquello que es preeminentemente "el pecado del hombre joven."  La violación del séptimo mandamiento constituye el pecado que más que todos los demás, como dice Oseas: "quita el juicio" (Oseas 4:11). Este es el pecado que deja cicatrices más profundas en el alma que cualquier otro pecado que el hombre pueda cometer. Este es el pecado que mata sus miles en cada época y ha derribado a no pocos de los santos de Dios en el pasado. Lot, Sansón y David son temibles muestras. Este es el pecado al cual el hombre se atreve a sonreír y lo atenúa bajo los nombres de diversión, inconsistencia, travesura, desvarío e irregularidad. Pero es el pecado sobre el cual el diablo peculiarmente se regocija porque él es el "espíritu inmundo;" y este es el pecado que Dios particularmente aborrece y el cual Él declara que "juzgará" (Hebreos 13:4).  Joven, "huye de la fornicación" (1 Corintios 6:16) si amas la vida. "Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia" (Efesios 5:6). Huye de las ocasiones de caer en fornicación, de la compañía de aquellos que podrían llevarte a esto, de los lugares donde podrías verte tentado. Lee lo que nuestro Señor dice acerca de la misma en Mateo 5:28. Sé como el justo Job: "Hice pacto con mis ojos" (Job 31:1). Huye de hablar de la fornicación. Es una de las cosas que no convienen ni aun nombrarse (Efesios 5:3). Tu no puedes jugar con lodo sin ensuciarte. Huye de pensar en ella; resiste estos pensamientos, mortifícalos, ora contra ellos, haz cualquier sacrificio antes que ceder. La imaginación es el huerto donde con frecuencia crece este pecado. Guarda tus pensamientos y poco habrá que temer en cuanto a tus acciones.  

Considera el consejo que te he estado ofreciendo. Si olvidas todos los demás, no olvides este. 

sábado, 13 de abril de 2013

Joven, Guárdate del orgullo.

por J.C. Ryle

Sé muy bien que todas las almas están en un terrible peligro. No importa si son viejos o jóvenes, todos tienen una carrera que correr, una batalla que pelear, un corazón que mortificar, un mundo que vencer, un cuerpo que mantener sujeto, un diablo que resistir; y bien podemos decir: para estas cosas, ¿quién es suficiente? Con todo, cada edad y condición tienen sus lazos y tentaciones particulares, y es bueno conocerlos. Aquel que es prevenido se preparará con anticipación. Si tan sólo pudiera persuadirte a que estés en guardia contra los peligros que voy a mencionar, estoy seguro de que le haré un servicio esencial a tu alma. 

El orgullo es el pecado más antiguo en el mundo. Satanás y sus ángeles cayeron por el orgullo. No estaban satisfechos con su primer estado. De ese modo el orgullo proveyó al infierno sus primeros habitantes. El orgullo arrojó a Adán fuera del paraíso. El no estaba contento con el lugar que Dios le había asignado. Trató de exaltarse a sí mismo y cayó. De esta manera el pecado, el dolor y la muerte entraron en el mundo por el orgullo. 

Por naturaleza, el orgullo reside en el corazón de cada uno de nosotros. Nacemos orgullosos. El orgullo nos hace descansar satisfechos con nosotros mismos, nos hace pensar que somos lo suficientemente buenos de la manera que somos, nos hace tapar nuestros oídos ante el consejo, nos hace rechazar el evangelio de Cristo, hace que cada uno ande por su propio camino, a su manera. Pero el orgullo no reina en ningún lugar tan poderosamente como en el corazón de un hombre joven. ¡Cuán común es ver a los jóvenes impetuosos, arrogantes e intolerantes ante el consejo! ¡Con cuánta frecuencia son ofensivos y descorteses con todo lo referente a ellos, considerando que no son valorados ni honrados como ellos se merecen! ¡Cuán a menudo no se detienen a escuchar una sugerencia de una persona de más edad! Ellos creen que lo saben todo. Están llenos de engaño en cuanto a su propia sabiduría. Estiman como estúpidas, tontas y lentas a las personas de avanzada edad, y en especial a sus parientes. Presumen que no necesitan enseñanza ni instrucción: ellos entienden todas las cosas. Si se les habla, se ponen casi coléricos. Al igual que un potro, no pueden tolerar el menor indicio de control. Deben ser necesariamente independientes y seguir su propio camino. Parecen pensar como aquéllos a quienes Job mencionó: "Ciertamente vosotros sois el pueblo, y con vosotros morirá la sabiduría." (Job 12:2). Y todo esto es orgullo.  Tal es el ejemplo de Roboam, que menospreció el consejo de ancianos experimentados que habían estado delante de su padre, y prestó oído al consejo de los jóvenes de su generación (1 Reyes 12:1-14). El vivió para cosechar las consecuencias de su insensatez. Hay muchos como él.  Tal es el ejemplo del hijo pródigo en la parábola, el cual pidió la porción de bienes que le correspondía y se abrió paso por sí solo. El no podía sujetarse a vivir apaciblemente bajo el techo de su padre, sino que se iría a un lejano país y sería su propio amo. Como el niñito que deja la mano de su mamá y camina solo, pronto sufrió su necedad. Se tornó más sabio cuando tuvo que comer algarrobas con los cerdos (Lucas 15:11-21). Así como él hay muchos. 



Joven, te ruego encarecidamente, guárdate del orgullo. Se dice que hay dos cosas que raras veces se ven en el mundo: una es un joven humilde; la otra, un viejo contento. Me temo que este dicho es demasiado cierto. No te enorgullezcas de tus propias habilidades, de tu propia fuerza, de tu conocimiento, de tu apariencia, de tu ingenio. No te enorgullezcas de ti mismo ni de cualquier clase de talento que poseas. Todo esto proviene de no conocerte a tí mismo y al mundo. Mientras más viejo te pongas y más cosas veas, menos razones encontrarás para ser orgulloso. La ignorancia y la inexperiencia son el pedestal del orgullo. Una vez sea removido ese pedestal, caerá pronto el orgullo.  Recuerda cuan a menudo la Escritura expone ante nosotros la excelencia de un espíritu humilde. Cuan fuertemente somos advertidos a "no tener más alto concepto de nosotros mismos que el que debemos tener" (Romanos 12:3). Cuan claramente se nos dice: "Si alguno se imagina que sabe algo, aun no sabe nada como debe saberlo" (1 Corintios 8:2). Cuan estricto es el mandamiento: "Vestíos... de humildad" (Colosenses 3:12); y otra vez: "Revestíos de humildad" (1 Pedro 5:5). Que lástima, esta es una vestimenta de la cual muchos parecen tener tan sólo harapos. 

Piensa en el gran ejemplo que nuestro Señor Jesucristo nos dejó al respecto. El lavó los pies de los discípulos y dijo: "Ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis" (Juan 13:15). Está escrito: "Por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico" (2 Corintios 8:9). Y otra vez: "Se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo" (Filipenses 2:7,8). Ciertamente, ser orgulloso es ser más como el diablo y el Adán caído, que como Cristo. Ciertamente, ser como El nunca puede ser algo de poco valor o motivo de congoja.  Piensa en el hombre más sabio que jamás haya existido; me refiero a Salomón. Nota como él habla de sí mismo, cómo "un niñito", como uno que no sabía "cómo entrar ni salir", o arreglárselas por sí solo (1 Reyes 3:7,8). Ese era un espíritu muy diferente al de su hermano Absalón, quien se consideró a sí mismo como inigualable: "¡Quién me pusiera por juez en la tierra, para que viniesen a mí todos los que tienen pleito o negocio, que yo les haría justicia!" (2 Samuel 15:4). Fue un espíritu muy diferente al de su hermano Adonías, quien se exaltó a sí mismo, diciendo: "Yo reinaré" (1 Reyes 1:5). La humildad fue el principio de la sabiduría de Salomón. El lo escribe como su propia experiencia: "¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del necio que de él" (Proverbios 26:12). 

Joven, graba en tu corazón las Escrituras aquí citadas. No estés tan confiado en tus propios juicios. Cesa de estar seguro de que siempre estás en lo cierto y los demás están equivocados. Desconfía de tu propia opinión cuando encuentres que esta es contraria a la de hombres más viejos que tú, y especialmente a la de tus padres. La edad proporciona experiencia y, por lo tanto, merece respecto. Fue una señal de sabiduría en Eliú en el libro de Job, el que "había esperado a Job en la disputa, porque los otros eran más viejos que él" (Job 32:4). Y después, dijo: "Yo soy joven, y vosotros ancianos: por tanto, he tenido miedo, y he temido declararles mi opinión. Yo decía: Los días hablarán, y la muchedumbre de años declararán sabiduría" (Job 32:6,7). La modestia y el silencio son gracias hermosas en la gente joven. Nunca sientas vergüenza de ser un aprendiz: Jesús fue uno a los doce años; cuando fue hallado en el templo, estaba "sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles" (Lucas 2:46). Los hombres más sabios te dirán que son aprendices, y que son humillados al darse cuenta, después de todo, de lo poco que saben. El gran Sir Isaac Newton solía decir que él no era más que un niñito que había recogido unas pocas piedras preciosas en la orilla del mar del conocimiento. 

Joven, si tú has de ser sabio, si has de ser feliz, recuerda la advertencia que te doy: Guárdate del orgullo. 

jueves, 11 de abril de 2013

A los jóvenes 4


por J.C. Ryle

El pecado es la madre de todo pesar, y ningún tipo de pecado parece ocasionar al hombre tanta miseria y dolor como los pecados de su juventud. Los tontos comportamientos que tuvo; el tiempo que malgastó; los errores que cometió; las malas compañías que mantuvo; el daño que se hizo a sí mismo, tanto a su cuerpo como a su alma; las oportunidades de felicidad que desechó; todas estas son cosas que a menudo amargan la conciencia de un hombre viejo, arrojan melancolía y tristeza sobre el anochecer de sus días, y llenan las últimas horas de su vida de autoreproche y vergüenza. 

Algunos hombres podrían contarte de su prematura pérdida de salud producto de pecados de su juventud. La enfermedad atormenta sus miembros con dolor, y la vida es casi un fastidio. Su fuerza muscular está tan gastada que un saltamontes resulta ser una carga. Sus ojos se han oscurecido prematuramente y su fuerza natural se ha reducido. El sol de su salud se ha acostado siendo aún de día, y gime al ver su carne y su cuerpo consumidos. Créeme, esta es una copa amarga de tomar. 

Otros podrían darte tristes recuentos de las consecuencias de la ociosidad. Desperdiciaron la dorada oportunidad de aprender. No obtuvieron sabiduría en el tiempo en que sus mentes estaban más aptas para recibirla y sus memorias más preparadas para retenerla. Y ahora es demasiado tarde. No tienen tiempo libre para sentarse y aprender. No tienen ya más el mismo poder, aún si tuvieran el tiempo libre. El tiempo perdido nunca puede ser redimido. Esta también es una amarga copa que tomar. 

Otros podrían contarte de graves errores en sus juicios, por los cuales sufrieron a todo lo largo de sus vidas. Ellos vivieron a su manera. No recibieron consejo; hicieron las cosas a su manera. Hicieron algunas amistades que fueron la ruina de su felicidad. Escogieron una profesión para la cual eran totalmente ineptos. Y ellos ven todo esto ahora. Pero sus ojos se han abierto justamente cuando el error ya no puede ser corregido. ¡Oh, ésta es también otra amarga copa que tomar! 


Joven, joven, yo quisiera que realmente conocieras el alivio que da una conciencia no cargada con una larga lista de pecados de la juventud. Estas son heridas que penetran hasta lo más profundo. Estas son las flechas que se beben el espíritu de un hombre. Este es el hierro que penetra en el alma. Ten misericordia de ti mismo. Busca al Señor temprano y serás librado de muchas lágrimas amargas. 

Esta es la verdad que Job parece haber percibido. El dice: "¿Por qué escribes contra mí amarguras, y me haces cargo de los pecados de mi juventud?" (Job 13:26). Así también su amigo Zofar, hablando de los malvados, dice: "Sus huesos están llenos de su juventud, más con él en el polvo yacerán" (Job 20:11). 

David también parece haberlo sentido. El le dice al Señor: "De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes" (Salmo 25:7). 

Beza, el gran reformador suizo, lo sintió tan fuertemente que declaró en su testamento, como una misericordia especial, el hecho de haber sido llamado del mundo, por la gracia de Dios, a la edad de dieciséis. 

Ahora ve y pregúntale a creyentes, y te aseguro que muchos te responderán lo mismo. "¡Oh, que pudiera vivir de nuevo los días de mi juventud!", es lo que más probablemente dirían. "¡Oh, si hubiera comenzado mi vida de una mejor manera!" "¡Oh, si no hubiera echado un fundamento tan fuerte de malos hábitos en la primavera de mi vida!" 

Joven, quiero evitarte todo este dolor, si puedo. El infierno mismo es conocido en verdad cuando ya es demasiado tarde. Sé sabio a tiempo. Lo que la juventud siembra, eso debe la vejez cosechar. No des la época más preciosa de tu vida a aquello que no te confortará en tus últimos días. Mas bien siembra para ti mismo en justicia: ara tu terreno no cultivado; no siembres entre espinos. 

El pecado puede que se deslice ligeramente de tu mano, o corra suavemente fuera de tu lengua en estos momentos, pero ten por seguro que el pecado y tú se encontrarán de nuevo a la larga, no importa lo poco que te guste esta idea. Las viejas heridas con frecuencia dolerán mucho tiempo después de haber sido sanadas, y sólo queda una cicatriz; así puede que ocurra con tus pecados. Huellas de animales han sido encontradas en la superficie de rocas que una vez fueron arena mojada, miles de años después que el animal que las hizo había perecido; así también puede que sea con tus pecados. 

"La experiencia", dice un proverbio, "mantiene una escuela costosa, pero los tontos no aprenderán en ninguna otra." Yo quiero que tú escapes de la miseria de aprender en esa escuela. Yo quiero evitarte la miseria que los pecados de la juventud acarrean con certeza. Esta es la última razón por la cual te exhorto. 



miércoles, 10 de abril de 2013

A los jóvenes 3


por J.C. Ryle

El diablo pone especial diligencia en destruir las almas de los hombres jóvenes, y parece como si ellos no lo supieran. Satanás sabe muy bien que los jóvenes formarán la próxima generación. Por consiguiente, hace uso de cada habilidad con tiempo para tomar posesión de ellos. Yo no voy a permitir que tú ignores sus maquinaciones. 

Tú eres de aquellos sobre quienes el diablo despliega sus más escogidas tentaciones. El extiende su red con el más atento cuidado para enredar tu corazón. El pone cebo a la trampa con las carnadas más dulces para tenerte en su poder. El exhibe sus mercancías ante tus ojos con extrema ingenuidad para hacer que tú compres sus azucarados venenos, y comas sus malditos manjares. Tú eres el objeto principal de su ataque. Que el Señor lo reprenda y te libre de sus manos. 

Joven, cuídate de no caer en sus redes. El tratará de arrojar polvo en tus ojos, y hará que no veas ninguna cosa en su verdadero color. El se alegrará si logra hacerte considerar a lo malo bueno y a lo bueno malo. El pintará, adornará y vestirá el pecado para hacerte que te enamores de el. El deformará, hará una falsa representación y ridiculizará la verdadera religión para hacer que le tomes aversión. Él exaltará los placeres de la maldad, pero esconderá de ti el aguijón de ella. Levantará ante tus ojos la cruz y sus aflicciones, pero mantendrá fuera de tu vista la corona eterna. Te prometerá todo, como lo hizo con Cristo, si le sirves solamente a él. Incluso te ayudará a seguir una apariencia de religión, si tan sólo niegas su poder. El te dirá al principio de tu vida: "es demasiado pronto" para servir a Dios, y te dirá al final: "es demasiado tarde". ¡Oh, no te dejes engañar! Poco sabes del peligro en que estás metido con este enemigo, y es precisamente esta ignorancia lo que me hace temer. Tú eres como los ciegos, que caminan en medio de trampas y escollos ocultos; no ves los peligros que a cada lado te rodean. 

Tu enemigo es poderoso. Es llamado "El príncipe de este mundo." (Juan 14:30). Se opuso al Señor Jesucristo durante todo Su ministerio. Tentó a Adán y a Eva a comer del fruto prohibido y de esa manera trajo el pecado y la muerte al mundo. Tentó incluso a David, el hombre conforme al corazón de Dios, e hizo que sus últimos días fueran llenos de sufrimiento. Tentó aun a Pedro, el apóstol escogido, e hizo que negara a su Señor. Su enemistad es, sin duda alguna, algo que no ha de desestimarse. 

Tu enemigo no descansa. El nunca duerme. Siempre, "como león rugiente, anda alrededor buscando a quién devorar." (1 Pedro 5:8). Está en todo momento de aquí para allá por toda la tierra, andando de arriba a abajo. (Job 1:7; 2:2). Puede que tú seas descuidado con tu alma, pero él no. El quiere tu alma para hacerla miserable, como él mismo lo es, y la tendrá si puede. Su enemistad es, sin duda alguna, algo que no ha de desestimarse. Tu enemigo es astuto. Por casi seis mil años él ha estado leyendo un libro, y ese libro es el corazón del hombre. Debe de conocerlo bien, y, de hecho, lo conoce: toda su debilidad, toda su falsedad, toda su insensatez. Él tiene el cúmulo de tentaciones más efectivas para hacerte daño. Nunca llegarás a estar en un lugar donde no te encuentre. Vete a las ciudades, él estará allá. Vete a un desierto, él te encontrará allí también. Reúnete con los borrachos y juerguistas, y él estará allí para ayudarte. Escucha las prédicas, y él estará allí para distraerte. Su enemistad es, sin duda alguna, algo que no ha de desestimarse. 

Joven, este enemigo está trabajando arduamente para destruirte, sin importar lo poco que repares en ello. Los jóvenes son el premio por el cual él está contendiendo de manera especial. Él prevé que ustedes habrán de ser las bendiciones o las maldiciones de su generación, y está haciendo todo lo posible para conseguir alojamiento en sus corazones desde ahora, de modo que puedan ayudarlo con el tiempo a promover su reino. Bien entiende él que estropear el capullo es la manera más segura para echar a perder la flor. 

¡Oh, que tus ojos sean abiertos como los de aquellos siervos de Elías en Dotan! ¡Oh, que tú veas lo que Satanás está tramando en contra de tu paz! Debo advertirte, debo exhortarte. Ya sea que oigas o no, yo no puedo, ni me atrevo, a dejarte tranquilo. 

martes, 9 de abril de 2013

A los Jóvenes 2


por J.C. Ryle

La juventud es la siembra de la edad madura, la etapa de moldeamiento en el corto ciclo de la vida, el momento crucial en la historia del pensamiento del hombre. Por el renuevo juzgamos el árbol, por la flor juzgamos el fruto, por la primavera juzgamos la cosecha, por la mañana juzgamos el día, y por el carácter del hombre joven podemos, por lo general, juzgar lo que será cuando se vuelva adulto. 

Joven, no te engañes. No creas que puedes, a voluntad, servir a los deseos de la carne y a los placeres en la etapa inicial de tu vida, y luego servir a Dios con facilidad en la etapa final. No creas que puedes vivir con Esaú, y después morir con Jacob. Es una burla tratar con Dios y con tu alma en esa manera. Es una detestable burla suponer que puedes darle la flor de tu juventud al mundo y al diablo para luego despachar al Rey de reyes con las sobras y residuos de tu corazón, los restos y vestigios de tu fuerza. Es una detestable burla, y podrás darte cuenta a tus propias expensas que tal cosa no se puede hacer. 

Yo no dudo que tú estés contando con un arrepentimiento tardío. No sabes lo que estás haciendo. Estás considerando así sin tomar en cuenta a Dios. El arrepentimiento y la fe son dones de Dios, dones que El a menudo retiene cuando han sido ofrecidos en vano por largo tiempo. Reconozco que nunca es demasiado tarde para el verdadero arrepentimiento, pero al mismo tiempo te advierto que raras veces el arrepentimiento tardío es verdadero. Reconozco que un ladrón penitente se convirtió en sus últimas horas, para que ningún hombre abandone la esperanza; pero te advierto, sólo uno se convirtió, para que ningún hombre presuma. Te acepto que está escrito, Jesús "puede salvar perpetuamente a los que por El se acercan a Dios" (He 7:25); pero, te advierto que también está escrito por el mismo Espíritu: "Por cuanto llamé, y no quisisteis oír... También yo me reiré en vuestra calamidad, y me burlaré cuando os viniere lo que teméis" (Pr 1:24,26). Créeme. hallarás que no es cosa fácil volverse a Dios así porque si,cuando a tí te plazca. Es veraz el dicho del buen ministro Leighton: "El camino del pecado es cuesta abajo; un hombre no puede parar cuando él quiera hacerlo." Los deseos santos y las convicciones sinceras no son como los siervos del centurión, que están listos para ir y venir a tu orden; más bien son como el Leviatán en Job: No obedecerán tu voz, ni atenderán tu mandato. Se dijo de un famoso general de antaño que cuando pudo haber tomado la ciudad contra la cual luchaba, no quiso; y cuando más tarde quiso hacerlo, no pudo. ¡Cuidado!, no sea que el mismo caso te sobrevenga a tí con respecto a la vida eterna. 

¿Por qué digo todo esto? Lo digo a causa de la fuerza del hábito. Lo digo porque la experiencia me dice que los corazones de las personas muy raras veces cambian si no han cambiado en la juventud. En verdad, raras veces se convierten los hombres cuando son viejos. Los hábitos tienen profundas raíces. Tan pronto le permites al pecado cobijarse en tu seno, no va a salir a tu mandato. La costumbre se convierte en una segunda naturaleza, y sus cadenas son cuerdas de tres dobleces que no se rompen fácilmente. Bien dice el profeta: "¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?" (Jeremias 13:23). Los hábitos son como piedras que ruedan cuesta abajo, mientras más lejos ruedan, más rápido e ingobernable es su curso. Los hábitos, como los árboles, se fortalecen con la edad. Un muchacho puede torcer un roble cuando éste es un árbol joven, pero cien hombres no pueden arrancarlo de raíz cuando es un árbol adulto. Un niño puede ir vadeando el Támesis en su nacimiento, pero la más grande embarcación del mundo puede flotar en el mismo cuando desemboca en el mar. Lo mismo ocurre con los hábitos: Mientras más viejos, más fuertes, mientras más tiempo han tomado posesión, más difícil será echarlos fuera. Ellos crecen con nuestro crecimiento, y se fortalecen con nuestra fuerza. La costumbre es la nodriza del pecado. Cada nuevo acto pecaminoso disminuye el temor y el remordimiento, endurece nuestros corazones, embota los filos de nuestra conciencia e incrementa nuestra malvada inclinación. 

Joven, tal vez pienses que estoy haciendo demasiado hincapié sobre este asunto. Si hubieras visto a hombres viejos como yo los he visto, al borde de la muerte, inconmovibles, cauterizados, insensibles, muertos, fríos, duros como una infernal piedra de molino; pensarías de otra manera. Créeme, no puedes quedarte de brazos cruzados en los asuntos relacionados con tu alma. Hábitos de bien o de mal están fortaleciéndose diariamente en tu corazón. Cada día te acercas más a Dios o te alejas más de Él. Por cada año que continúes impenitente, la pared divisoria entre tú y el cielo se hace más alta y más gruesa, y el abismo que ha de cruzarse, más profundo y más ancho. ¡Oh, teme el efecto endurecedor de estarte consumiendo en el pecado! Ahora es el tiempo aceptable. Procura que tu vuelo no sea en el invierno de tus días. Si no buscas al Señor en tu juventud, la fortaleza del hábito es tal que probablemente nunca le buscarás después. 

Temo por esto, y por tanto te exhorto. 

lunes, 8 de abril de 2013

A los jóvenes 1

Por J. C. Ryle

¡Qué espantosa realidad! ¡Qué terrible el pensamiento de que cada vez que me reúno con un joven, me encuentro con alguien que con toda probabilidad es un enemigo de Dios, que camina por el ancho camino que lleva a la destrucción, no apto para el cielo! Indudablemente, con tales hechos delante de mí, no te sorprenderá que yo te exhorte, debes admitir que existe una razón. 

Joven, está establecido que mueras una sola vez (Hebreos 9:27); y no importa lo fuerte o saludable que puedas estar, el día de tu muerte está quizás muy cercano. Yo veo a jóvenes enfermos al igual que a viejos. Entierro cuerpos jóvenes tanto como de ancianos. Veo nombres de personas no mayores que ustedes mismos en cada cementerio. En los registros veo que con excepción de la infancia y la vejez, mueren más entre las edades de trece y veintitrés años que en cualquier otra época de la vida. Sin embargo, vives como si al presente estuvieras seguro de que no vas a morir. 

¿Estás pensando que a estas cosas les prestarás atención mañana? Recuerda las palabras de Salomón: "No te jactes del día de mañana; porque no sabes que dará de sí el día" (Proverbios 27:1). "Las cosas serias para mañana", le dijo un pagano a uno que le advertía del peligro que se aproximaba; pero su "mañana" nunca llegó. Mañana es el día del diablo, mas el hoy es el día de Dios. A Satanás no le importa cuan espirituales puedan ser tus intenciones, mientras éstas estén pospuestas simplemente para "mañana". ¡Oh, no des lugar al diablo en este asunto! Respóndele: "¡No, Satanás! ¡Será hoy, hoy! No todos los hombres viven para ser patriarcas como Isaac y Jacob. Muchos hijos mueren antes que sus padres. David tuvo que llorar la muerte de sus dos hijos más amados; Job perdió sus diez hijos en un sólo día. Tu suerte puede ser la misma que la de alguno de ellos, y cuando la muerte te llame, vano será hablar de mañana tú debes partir en el acto.


¿Estás pensando que tendrás una ocasión oportuna para prestar atención a estas cosas en el futuro? Así pensaron Félix y los atenienses a quienes Pablo les predicó, pero esa ocasión nunca llegó (Hechos 17:32; 24:35). El infierno esta pavimentado de fantasías como esas. Más te vale obrar mientras puedas. No dejes sin arreglar nada que sea eterno. No corras ningún riesgo cuando es tu alma la que está en juego. Créeme, la salvación de un alma no es cosa fácil. Todos necesitamos de "tan grande" salvación, jóvenes y viejos; todos necesitamos ser nacidos de nuevo, todos necesitamos ser lavados en la sangre de Cristo, todos necesitamos ser santificados por el Espíritu. Bienaventurado el hombre que no deja estas cosas en la incertidumbre, sino que no descansa hasta tener el testimonio del Espíritu en su interior de que es un hijo de Dios. 

Joven, tu tiempo es corto. Tus días no son sino de un palmo de largo, una sombra,(Santiago 4:14) un cuento que es velozmente relatado. Tu cuerpo no es de bronce. "Los jóvenes", dice Isaías, "caen" (Is 40:30). Tu salud te puede ser arrebatada en un momento: sólo se necesita una caída, una fiebre, una inflamación, un vaso sanguíneo roto, y pronto los gusanos se alimentarán de ti  Hay un sólo paso entre tu y la muerte. Puede que "esta noche vengan a pedirte tu alma". Rápidamente estarás siguiendo el camino de todos en la tierra" dentro de poco tiempo te habrás ido. Tu vida es totalmente incierta, más tu muerte y tu juicio están perfectamente asegurados. Tú también vas a oír la trompeta del Arcángel y tendrás que presentarte ante el gran trono blanco. Tú también deberás obedecer a este llamado, el cual Jerónimo dice que estaba siempre sonando en sus oídos: "Levántate, muerto, y ven a juicio". "Ciertamente vengo en breve" (Apocalipsis 22:20), es el lenguaje del Juez Mismo. Yo no puedo, ni me atrevo a dejarte tranquilo, y no lo haré. 

Ojalá que penetren en tu corazón las palabras del Predicador: "Alégrate, joven, en tu juventud, Y tome placer tu corazón en los días de tu juventud. Sigue los impulsos de tu corazón y el gusto de tus ojos; Pero debes saber que por todas estas cosas, Dios te traerá a juicio." (Eclesiastés 11:9). ¡Es asombroso que ante tal expectativa algún hombre pueda ser descuidado e indiferente! Ciertamente ninguno es tan loco como aquellos que están contentos de vivir sin estar preparados para morir. Ciertamente la incredulidad de los hombres es la cosa más asombrosa del mundo. Con razón la profecía más clara de la Biblia comienza con estas palabras: "¿Quién ha creído a nuestro anuncio?" (Isaías 53:1). Con razón dice el Señor: "Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿Hallará fe en la tierra?" (Lucas 18:8). Joven, temo que este sea el reporte tuyo y el de muchos otros en la corte de arriba: "Ellos no creerán." Temo que seas sacado precipitadamente de este mundo y te despiertes para descubrir, demasiado tarde, que la muerte y el juicio son una realidad. Temo todo esto y por esto te exhorto. 




J. C. Ryle